Las excusas de las Compañías de Seguros se reiteran ante la subida de las primas, señalando al incremento de los montes indemnizatorios y de la siniestralidad. Y la solución que se viene aplicando, es reforzar el control sobre el gasto, olvidando que la rentabilidad está en la eficiencia y no en la cicatería.
¿Que cabe esperar de la percepción social hacia las aseguradoras, si siempre recelan cuando son objeto de solicitudes de indemnización?
Mientras se produce progresivamente un aumento del precio de las primas (cercano al 7% en el 2015) con la excusa del incremento de la siniestralidad. Compañías como Pelayo (obtuvo un beneficio neto de 3,1 millones de euros en 2015) refuerzan en post del ajuste de rentabilidad, el control sobre el gasto, un control de la rentabilidad técnica que argumentan fundamental para la sostenibilidad del sector del seguro del automóvil.
Es comprensible que las aseguradoras busquen herramientas de control, pero la dirección utilizada para los pretendidos ajustes (empleada desde el ejercicio de la posición jerárquica) es temeraria y desatinada, opuesta a la confianza de profesionales y de los propios asegurados.
El Convenio UNESPA, Talleres concertados, Peritos, Agentes, o Abogados afectos a las compañías de seguros… Son en demasiadas ocasiones, herramientas de control carentes de probidad, pues someten a los Colaboradores a baremos poco ecuánimes, o a convenios de tendenciosos de adhesión, donde la continuidad pende de un hilo. Una espada de Damocles, que implica el sometimiento de voluntades (imposición de precios, criterios…), y eficiencia en el combate de objeciones; Todo lo cual contribuye al objetivo de rentabilidad de las Compañías, pero esa velada docilidad -así obtenida-, se contrapone a los intereses de los asegurados, y va en detrimento de la objetividad, la honradez y la propia imagen.
Las Compañías de seguros deben revertir y asear sus políticas comerciales, innovando productos, ofertando financiación, y acudiendo a los nuevos canales de distribución.
- Demostrar confianza, usted no es el enemigo, no está bajo sospecha
- Aplicaciones móviles de gestión de siniestros
- Comunicación por redes sociales
- Personalización y autogestión del seguro
- Estrategias digitales consultas y contratación 24 horas (WhatsApp)
- Modalidades de pago (financiación por mensualidades, PayPal,…)
En el contexto real los jóvenes son el potencial nicho de consolidación futura, se exige por tanto una puesta al día, empleando recursos hacia un cambio de rumbo, de nuevas tendencias que dejen traslucir confianza y frescura. Que se dirija a buscar, por un lado, la complicidad con el asegurado (Es confiable, no su enemigo), y por otro, se modernice (herramientas tecnológicas, oferta actualizada, tiempo de respuesta exprés, financiación…). Que incluya inéditas políticas de comercialización de riesgos –a la carta- y con propuestas de financiación para la economía de los jóvenes. Todo lo cual, sin duda amplificaría las contrataciones, balancearía el férreo control del gasto, y permitirá retornar al modelo de excelencia.