En el ámbito doméstico, se arraigan fenómenos culturales que aparejan con frecuencia maltratos psicológicos hacia o entre las personas que conviven, una alerta preludio de agresiones. Padecemos una compleja pandemia que está presente en todos los estratos sociales, la cual no es combatida con eficacia.
Este periodo evolutivo no se corresponde con una sociedad impactada por las 44 muertes del año 2016, y las mas de 400 denuncias diarias relacionadas con la violencia de género en España. Los niveles de riesgo son altos, pues un 36% de las víctimas previamente habían denunciado, aunque se intentan paliar con planes de protección, no son efectivos.
Las costumbres son difíciles de erradicar, el cambio debe tener un profundo calado dirigido a frenar estas injusticias.